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sábado, 8 de diciembre de 2012

Alebrijes...

...salidos de un sueño.




A la edad de 30 años, Pedro Linares López, quien era cartonero de oficio y originario de la ciudad de México, enfermó y quedó inconsciente y en un profundo sueño, el cual le revelaría criaturas extrañas que cambiarían su destino como artesano de La Merced, en Ciudad de México.
Enfermo y sin acceso a médicos que pudieran tratar su enfermedad, sus hermanas trataron de hacer que reaccionara con remedios caseros. No lo lograron, y al final no podían hacer nada más que rezar y encomendarse a los santos por la salud de su hermano.

En cama e inconsciente, Pedro soñaba un lugar extraño y muy apacible, algo así como un bosque con árboles, rocas y animales; podía ver las nubes y el cielo de aquel mágico escenario. Él decía que todo estaba en calma, que no sentía dolor y estaba feliz de estar caminando en ese lugar pero, de repente, las rocas, las nubes y los animales se convirtieron en criaturas extrañas, eran animales que no podía distinguir, ya que eran de una naturaleza muy rara. Don Pedro vio un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro. Todos estos animales gritaban una sola palabra: "¡Alebrijes!"; gritaban más y más fuerte: "¡Alebrijes, alebrijes, alebrijes!".

Pedro siguió su camino en aquel fantástico sueño, y al recorrer un sendero de piedras vio a un hombre andando tranquilamente, al cual le pidió ayuda para salir de aquel lugar. El hombre le dijo que él no debía estar en ese sitio todavía y que tenía que caminar más adelante, porque a unos cuantos metros había una salida. Pedro corrió y corrió hasta que quedó frente a una ventana estrecha, por la cual apenas pudo escabullirse, momento en el que despertó.


En medio de su propio velorio se levantó repentinamente, se escuchó una expresión de asombro entre rezos y exclamaciones al verlo reaccionar de lo que parecía su muerte. Pedro ya estaba totalmente recuperado, y a partir de entonces empezó a recordar su sueño y quería que su familia y todas las personas conocieran a esos animales fantásticos. Aprovechando su habilidad de cartonero, Pedro Linares tomó un pedazo de papel y moldeó esas figuras, las pintó igual que como estaban en sus sueños, y así les dio vida a los alebrijes.







"Alebrije" es una palabra en caló (lenguaje gitano adoptado) que quiere decir "cosa enredada difícil y de tipo confuso o fantástico"






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