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lunes, 30 de julio de 2012

Los mundos de Remedios Varo



La artista española Remedios Varo (Gerona, 1908), constituye un buen ejemplo de la relación entre el arte y el esoterismo. Aunque su obra no es muy conocida a nivel popular, sus pinturas no tienen nada que envidiar a las de otros artistas de siglo XX. Sirva este post como pequeño homenaje a esta gran artista.
Remedios creció bajo la influencia directa de sus padres, de personalidades casi antagónicas. Su padre era un ingeniero hidráulico, detalle que influiría en su obra, en la que continuamente aparecen artefactos mecánicos, mientras que su madre era una mujer muy religiosa, lo que la llevó a recluirla en un internado de monjas.
Aquel recluimiento se prolongaría hasta los 17 años, cuando Varo pudo trasladarse a Madrid para hacer realidad su vocación artística. Tras su graduación en 1931 se trasladó por un año a París, y más tarde regresó de nuevo a España, pasando por Barcelona y de nuevo Madrid. En aquella época conoció al escritor surrealista francés Bejamin Péret, con quien se casó en 1937. Péret era un simpatizante de la causa republicana española, pero él y Remedios se vieron obligados a huir a Francia para escapar de la guerra.
Una vez en París, Remedios entró en contacto con surrealistas de la talla deBretonTanguyErnst y la que sería su gran amiga,Leonora  Carrington . Allí comenzó a desarrollar su obra surrealista, exponiendo en varias galerías, pero sus cuadros todavía no mostraban las peculiares características que desarrollarían años más tarde.
Con la llegada de los nazis a Francia, Remedios y su marido decidieron huir a México, a donde llegaron en 1941. Allí entraron en contacto con otros artistas europeos también exiliados, como Luis Buñuel, y Remedios pudo fortalecer más su amistad con Leonora Carrington, aumentando entonces su interés por ideas esotéricas y espirituales, a las que se sumaron las influencias de la cultura mexicana.
Entre sus pinturas destacan las protagonizadas por personajes que emprenden “viajes metafísicos a otros mundos” , como en Hacia Aquario (1961), Trovador(1959) o Descubrimiento de un geólogo mutante(1961). Todas estas obras, sobre viajeros y científicos fantásticos sugieren, como explica el profesor Lois Parkingson, “la transmigración y los poderes de transfiguración conjurados por la alquimia medieval. Varo conocía bien los principios y la iconografía de esta tradición, cuyas raíces están profundamente arraigadas en el pensamiento español del medievo”.
Entre las creencias sobrenaturales que influyeron a Varo se encuentran las prácticas rituales de los indígenas mexicanos y la cultura sincrética del país, que la artista tuvo oportunidad de conocer mientras vivió allí.
Pero, más importante que las anteriores, son las influencias ajenas a México, aunque las recibiera durante su etapa en el país. Al igual que sucedía en Europa, también hasta allí habían llegado las prácticas y doctrinas espiritistas y ocultistas, y Varo recibió ampliamente su influjo. Como bien explica Parkinson en su excelente trabajo sobre Varo (Misticismo mexicano y la obra mágica de Remedios Varo), incluso varios presidentes mexicanos, como Francisco Madero y Lázaro Cardenas o Ezequiel Padilla pertenecieron a distintos grupos esotéricos.
Según Parkinson, Varo se mostró muy interesada por una larga lista de disciplinas y autores, como JungBlavatsky, el sufismo, las leyendas sobre el Santo Grial, además de la geometría sagrada, la alquimia, el I-ching chino o las ideas de Gurdjieff. ¿Se puede pedir más?
Sin embargo, el momento social y cultural que vivía México en aquellos años posibilitó el éxito de dos de estas ideas con mayor fuerza: la teosofía de Blavatsky (otra vez), y Gurdjieff. Detengámonos ahora brevemente en lo que se conoce como ‘cuarto camino’ de Gurdjieff. Este filósofo y místico ruso nació en una zona de Armenia en la que confluían las influencias culturales y religiosas de Europa y Asia. Ya adulto, viajó mucho por el continente asiático, impregnándose de sus tradiciones y creencias religiosas, que más tarde mezcló con sus conocimientos occidentales sobre distintas ciencias, como la astronomía, la psicología o la física.
Para el filósofo ruso, el ser humano vive “dormido”, ajeno a la verdadera realidad, por lo que propone un desarrollo de la conciencia mediante el trabajo interno del autoconocimiento. La doctrina más conocida de Gurdjieff es la del llamado ‘cuarto camino’ o ‘cuarta vía’, una idea surgida de la mezcla de elementos budistas, cristianos ortodoxos, hinduistas e incluso sufíes, consistente en la instropección (Gurdjieff lo llamabaremembranza) que permitiría la realización de esa transformación interna. Para el místico ruso, este camino podía recorrerse solo, pero era mejor hacerlo en compañía.
Todas estas teorías de Gurdjieff calaron con fuerza en parte de la sociedad de la época, y en especial entre los artistas. Entre ellos se encontraba, como ya hemos dicho, Remedios Varo. El profesor Parkinson tuvo oportunidad de consultar algunos de los libros que pertenecían a la biblioteca de la artista,
y entre ellos encontró la obra Relatos de Belcebú a su nieto, de Gurdjieff, así como un estudio sobre este personaje, escrito porJacques Dikran y titulado Gurjieff, el mesías del siglo XX, además de otros títulos de corte esotérico y ocultista.
A pesar de que esta influencia fue evidente, parece ser que al mismo tiempo Remedios Varo prefería mantener cierta distancia con dichas ideas. Según la propia sobrina de la artista, Beatriz Varo, su tía “entra en contacto con la doctrina mística de Gurdjieff, con seriedad y en broma al mismo tiempo, anima a sus amigos a unirse al grupo, pero luego es ella la que permanece al margen”.






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