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lunes, 2 de julio de 2012

Canción triste de Alexandra Street

Fotografía: Aloisov





*Escrito hace un puñado de años, cuando mi alma se maniató de pies y manos y las alas crecieron rotas, romas y toscas.







Alexandra es frágil.

Como cuando llora una balalaika con la ternura del más abuelo de los sentimientos.... la nostalgia.

Alexandra es de leche cuajada.

Como cuando peinas la nata con la lengua y lo agrio se endulza en la noria del paladar.

Alexandra sabe que Volvogrado nunca más se dejará sangrar como Stalingrado.

Y ella es la personificación de la estatua de miel salada, helada, que se desmorona en cada beso, en cada pose, ante cada efímero alquiler por horas, entre sábanas de caricias siempre sabe encontrar el puñal que le recuerda porque está, con quien está, hasta cuando aguantará. Comprendes al contemplar su mirada que la tristeza no tiene palabras.


Dedicado a todas aquellas mujeres que condenadas por el engaño y el miedo, que amarradas al yugo del pavor esperan aquella puerta que sólo el cielo y el coraje permiten cruzar. Dedicado a aquellas almas que esposadas a los principios elementales de la libertad dibujan huecos de luces y al final sonríen, siempre sonríen.

Existen las princesas descalzas. Por supuesto, que cohabitan con el standing, el status, el lujo y la parafernalia; que el pastel es un círculo. Y los círculos, a veces son virtuosos y otros el cuento de nunca acabar.

Existen las calles,las ratas y los miserables, la mugre, la amenaza y el coagulo, la mierda, lo ruín, lo nauseabundo, el acoso, el cigüeñal que como el gato tuerto sostiene el lecho de la cafarna. La esquina amenazante, el bastardo, la perilla, lo inhumano, el desprecio, el password en la biblioteca y el pasaporte del infierno.... y la única salida....es disimular el pavor, el miedo y osar a entrar donde nadie podría haberlo ni imaginado.


Alexandra es joven.

Y tan bella, tan bella... de porcelana pasmosa y de seda acuosa.

Alexandra se cortó los cabellos porque sus venas alquilan savia.

Porque las venas al lucero del alba no son más que lo que fluye en el imaginario.

Alexandra se pinta los labios con papel de fumar.

El carmín es un beso robado.

Alexandra es tan natural, tan sencilla, tan honesta, tan auténtica.

Que se aterran y estremecen los somieres del vecindario. Donde todos duermen y ella escribe con lágrimas sus sueños de angostura.

Alexandra te embelesa, te atrapa, te endiosa el alma y amamanta su hades de lo que se deja querer por temer.

Porque un maldito día decidió dejar atrás los veinte bajo cero y encontró los veinticinco a la sombra.

Alexandra tiene los ojos más abiertos del mundo.

Pero su mundo es un vaso de agua.

Alexandra va a tientas.

Porque a ciegas le robaron la inocencia.

Alexandra sólo sonrie tras llorar.

No sabe como se rie tan sólo al despertar.

Alexandra, es muy hermosa.... pero es una hermosa canción triste que tararea, que tararea sin cesar cuando te mira.

Jamás sabrá que alguien se ocupó y preocupó por ella, porque de su triste canción se encuentran las ruinas perdidas.

Alexandra volverá a pisar charcos sin mojarse las alas.

Y cuando escuché aquella vieja canción, la tristeza tan sólo habrá sido un mal sueño.

Y eso espero, que ella, que todas las que están atadas al mundo más cobarde encuentren un resquicio, alguien que las escuche, alguien que las ayude a escapar de donde nunca debieron dejar lo más bello de un alma:

La edad de la inocencia.

Que la vida envejece sola.

Sin empujones, ni calzador.

Alexandra es un alma tan bella como su rota canción.





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